A lo pocos días de irse la bruja nuestra varita, la que utilizamos todos los días para pasar la lista, apareció rota, partida por la mitad. Nadie supo que había pasado. La seño preguntaba pero todos ponían caritas de no haber roto un plato (¡ay si hubiera estado la brujita en ese momento!). Así pues comenzamos a buscar una solución. David, muy decidido, iba a ir a comprar una y muchos otros traerían las que tenían en sus casas. Pero Rocío nos dijo que las hadas son las que usan las varitas mágicas y que si venía un hada a nuestra clase podía traernos una. Muy emocionados, abrimos un pelín nuestra ventana para, con voz alta, hacer una llamada a las hadas del bosque. Les pedimos que vinieran y nos trajeran una varita mágica.
A los pocos días de hacer este llamamiento nos encontramos con un pequeño duende en la cesta de otoño. Parecía tímido y cuando salió nos dijo su nombre a todos. Ha venido para quedarse en nuestra clase. Claro, se está tan bien...
Le preguntamos por las hadas, pero no sabe nada.
Nos ayuda a guardar silencio, pues es muy sigiloso, y a hacer las cosas de forma ordenada porque nos ha enseñado una canción. Ahora somos todos un poco duendes del bosque.
Y la pregunta es..¿Cómo se llama nuestro duende?
Si tu peque te lo ha dicho escribir juntos un comentario en esta entrada, seguro que le hace ilusión. Durante la semana leeremos los comentarios en clase.
Os enseñamos como es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario